martes, 24 de enero de 2012

Revista Chilena de Literatura : Revista Miscelánea, sección virtual (diciembre 2011)


Para los seguidores y admiradores del canto y la cultura popular!!! Lean los artículos están muy buenos!!! XD

http://www.revistaliteratura.uchile.cl/index.php/RCL/issue/view/1773

Ya está disponible en nuestro sitio http://miscelanea.uchile.cl el segundo número correspondiente al año 2011 de Revista Miscelánea, sección virtual de la Revista Chilena de Literatura, que presenta siete estudios en torno al Canto Popular en Chile.

En este número presentamos los siguientes artículos:

1. Carlos Carroza y Jaime Sandaña. La mar fue de tinta.
2. Carolina Chacana. Lira Popular en el campo literario chileno.
3. Sebastián Gallardo. Canto a Lo Poeta e industria discográfica: problemáticas de una exclusión.
4. Macarena Lavín. Apropiación de la figura de Roberto Parra en el unplugged de Los Tres.
5. Humberto Olea. El Canto a lo Poeta, una genealogía incompleta.
6. Ignacio Rivera. Roles y estructuras de género en la práctica del canto popular femenino .
7. Pamela Tala. La cultura popular, la poesía popular y la décima.

Se incluye también los artículos testimoniales de dos jóvenes cultores: Erick Gil Cornejo y Marcelo Moncada Aburto, que nos narran su experiencia en el Canto a Lo Poeta.

jueves, 5 de enero de 2012

...pero que mala y perversa que es la escritura oficial, tan simplista, tan vertical, tan aburrida, evidentemente escrita por sujetos de cabezas cuadradas que manipulan la realidad a su antojo. Cobardes, insensatos, injustos, crueles, avaros... pobres de ellos que gastan su vida en dominar... se basan y se mueven por la desconfianza, por el miedo y el control ... he allí que van todas sus energías... Ciegos ante el sentir de los demás, no los ven, ni les importa. Viven presos de su codicia y su deseo de más y más, prisioneros del poder encerrados en sus jaulas doradas. Se olvidan de vivir, se olvidan de amar. Me pregunto de si acaso conocen el sentimiento?? Si así fuese, dudo que actuarían de la manera en que lo hacen... Más que rabia, ahora inspiran pena...

viernes, 9 de diciembre de 2011

Una noble invitación ...

Compañeros poetas (todos ser humano que vive y siente lo es), compartan sus versos... somos un canal mediador de la poesía, del sentir del pueblo, del acontecer de la vida.... entregamos esa esencia amorosamente... nos mueve el amor por nuestra tierra, por nuestra gente, por nuestros sueños y anhelos!! Que se levanten los romanceros, los cantos, los versos... que la poética compartida se vuelva un movimiento latinoamericano: El sueño de Simón Bolivar realizado en la poesía !!! =)
Si bien, nuestra latinoámerica no se caracteriza tanto tanto por sus grandes filósofos... vaya que si tenemos grandes grandes poetas ...

La creación implica un sentir y pensar, un trasfondo valórico, ético, crítico ... va más allá de la razón, de la cabeza y la mente... nos trasciende y se manifiesta como un misterio casi inasible... es en ese lenguaje en que se mueve la poética de la vida. Porque la vida es poesía, poética de acontecer, poética del encuentro, poética del compartir... es por eso que el versero los invita a compartir su poesía ...
De ante mano muchas gracias por sus creaciones!!!

búscanos y participa: grupo en facebook El versero ciudadano
Participa!!

viernes, 28 de octubre de 2011

CANTO PARA UNA SEMILLA



Hay veces en que la vida, sabia entre los sabios, nos habla directamente a través de curiosas situaciones, aparentemente inconexas entre sí a primera vista, pero que luego revelan todo su sentido al desembocar en un único acontecimiento significativo. Es lo que ocurrió con Canto para una semilla en su versión del año 2011.
Corría el año 1997 y Luis Advis se paseaba entre los pasillos de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile hablando animosamente con los estudiantes. Escuchar al viejo hablar con tanta pasión de literatura, filosofía y música, alentaba el espíritu idealista de muchos jóvenes que crecieron musicalmente bajo su alero. En aquellos tiempos en la U de Chile, en forma similar a la que ocurre actualmente en la Facultad de Artes de la UC, se luchaba por la triestamentalidad. Simultáneamente compañeros de generación habían decidido montar Canto para una Semilla (1972) para gran regocijo de don Lucho y de toda una generación de soñadores. Muchos quedaron maravillados al oír por vez primera las poesías en décimas de El amor, de La muerte y La denuncia, escritas por doña Violeta Parra y musicalizadas por el propio Advis; entre ellos, dos entrañables amigos y estudiantes de música: Cristián González y Hugo Escanilla.

Hoy, 14 años más tarde, Cristián González, vuelve a presenciar, con particular emoción, el montaje de esos "cantos colmados de versos tan delicados como perfectos primores", en sincronía con las peculiares actividades de movilización estudiantil generadas al interior del Campus Oriente, durante julio y agosto del 2011. Lamentablemente, su amigo Hugo Escanilla, no corre tal suerte, pues es tocado por el “misterio de las ausencias” luego de una silenciosa enfermedad.

Fruto de las constantes asambleas y del diálogo estudiantil comprometido por parte de los alumnos de música, que democráticamente votaron por un paro indefinido en apoyo a las movilizaciones estudiantiles convocadas por la CONFECH, surge la idea de comunicarse con la ciudadanía en forma creativa a través de la publicación de poesías escritas en décimas al más puro estilo de la “Lira Popular”. El Versero ciudadano, fue el nombre con que circularon (y aún lo hacen) las primeras décimas; muchas de ellas escritas por el propio Cristián González, quien actualmente ejerce como profesor del área de lenguaje musical en el IMUC, y por varios compañeros motivados. Los mismos estudiantes, a la usanza de los antiguos suplementeros del XIX, eran los encargados de repartir los pliegos en las marchas por la Alameda, los cacerolazos de la Plaza Ñuñoa o cualquier otra instancia de encuentro ciudadano. Las hojas no sólo contenían décimas escritas, sino también sugerentes dibujos a cargo de un talentoso equipo de dibujantes de la Escuela de Arte. En este contexto, el Versero no sólo se dedicó a la publicación de décimas, sino también a difundir la tradición de los versos cantados, realizando encuentros con poetas y payadores además de conversaciones con músicos intérpretes del guitarrón chileno. En síntesis, El Versero Ciudadano, fue un importante antecedente que preparó los ánimos para lo que vendría a continuación: El gran montaje de Canto para una Semilla dentro de la Universidad Católica de Chile.

Es curioso que un montaje de corte popular sea realizado dentro del IMUC. Los estudiantes siguen programas de estudios de música docta, manejando repertorio y técnicas, en su mayoría europeas. Prácticamente no hay ningún ramo dedicado exclusivamente a la música popular, ni siquiera un electivo. La gran excepción solía ser la cátedra de musicología debido al gran aporte de Juan Pablo González en colaboración con Miguel Ángel Jiménez. Su entusiasmo por la música popular chilena los llevó a crear, dentro del IMUC, la Compañía del Salón al Cabaret, la cual con gran éxito de público montaron espectáculos teatro-musicales como Del Salón al Cabaret: Música y baile de la Belle Epoque chilena (2002) con nada menos que Luis Advis a cargo de los arreglos musicales, Días de Radio en Chile (2003) y Una noche en el Goyescas (2006), último montaje de la compañía que curiosamente coincide con el cambio en la dirección del IMUC y la posterior “no renovación” de contrato para el profesor Miguel Ángel Jiménez en el 2007, y más sorprendente aún, el reciente despido de Juan Pablo González sin más motivos que “razones de la empresa”. Con respecto a esto último, es importante mencionar una disputa generada entre Juan Pablo González y el actual director del IMUC, Alejandro Guarello en torno a la autoría del tercer volumen de "Clásicos de la música popular chilena", donde nuevamente emerge el nombre del compositor de Canto para una Semilla. Pero eso es harina de otro costal, sin duda de uno bastante pesado.
Sin embargo, a pesar de la actual ausencia de la música popular dentro de los estudios formales del IMUC, esta ha vuelto a tomar presencia entre los pasillos de Oriente. Las movilizaciones sociales, la sensación de injusticia que se incrustó entre los estudiantes, los misterios de la décima develados por nuestro amor por el verso popular y animado por el Versero, la juventud siempre alentadora, llena de vitalidad y ganas de participar en la construcción de un nuevo futuro, sumado a la deuda de Cristian González con su pasado y su homenaje personal a su querido amigo Hugo Escabilla, hicieron que Canto para una Semilla trajera nuevos aires de renovación al IMUC y cobrara un sentido profundo de gran significación para parte importante de nuestra comunidad estudiantil.

La música popular es aquella que emerge espontáneamente como respuesta a las necesidades reales de una comunidad en particular. Surge entre la gente y para la gente. Allí radica su importancia y su sentido y esto bien lo sabía Advis y naturalmente, también lo sabía Violeta.

Si hay algo que resume nuestra historia con esta obra, es la palabra gratitud. Agradecemos que el destino nos haya juntado alrededor del Canto con gente tan bella. Sabemos que la huella que deja este puñado de Semillas en pleno proceso de germinación, será imborrable para nuestras vidas: un atesorado recuerdo que se ha armado gracias al cariño de todos nosotros.

Canto para una Semilla. Esencia del canto de Violeta.
Canto para una Semilla toma pasajes claves de la autobiografía en décimas de Violeta Parra. La selección de Advis, nos lleva a un profundo encuentro con la autenticidad de Violeta, nos relata su proceso. Como una semilla en pleno crecimiento que para germinar ha de esforzarse y superar barreras, romper la cáscara para brotar y llegar a ser en su esencia. En esta aventura, la semilla se abre, aparece y madura. Ama, emociona y también sufre. Duele crecer. Se trata de la historia de su vida, la historia de la vida hecha poesía y canto.

Violeta crece entre los verdes campos del sur de Chile, espacio natural que disfruta y valora mientras observa con admiración el constante esfuerzo y trabajo de la gente de la tierra. Pero conforme van pasando los años, la feliz Violeta va despertando su conciencia y se enfrenta al desencanto de la vida. La tragedia y la desesperanza de quienes sufren por la pobreza o el desamor, le descubren otro mundo, un mundo en el cual ya no hay viñas, ni trinos de pájaros, ni sol que de luz y calor. Por el contrario, desolación, frio, oscuridad. Este encuentro con el sufrimiento le revela la clave de su superación. El sufrir es un sentimiento compartido, común a todos los hombres. Sin embargo, a pesar de todo, no se está solo en el mundo. Su cantar se carga de esperanza y compromiso y se eleva en la denuncia de las injusticias generadas por los abusos de poder de los que aparentemente tienen más. Violeta se compromete con una causa noble y digna que supera el individualismo.

Su canto comprometido con Chile y con su cultura auténtica la llevan a recorrer el país en busca de aquella esencia del pueblo popular chileno que late en el corazón de las formas espontáneas de la cultura popular: en la voz de los cantores y el misterio de su guitarrón, en las arregladoras de angelitos, parteras, costureras y lavanderas, de las cantoras y sus alegres voces y guitarras. El arte de Violeta está empapado de cultura popular, canta, compone, pinta, borda para la gente. Su canto es su Vida. Su estar con la gente, su arte, su esencia y su ser. “El canto de ustedes que es el mismo canto, y el canto de todos que es mi propio canto”.

domingo, 11 de septiembre de 2011

Semillas!!


Hoy plantaremos semillas
por amor a nuestros hijos.
Qué no nazcan sin cobijos
sin flores de maravillas.
Cosecharán las gavillas
del nutricio cereal
habitando un Chile ideal
tantas veces proclamado,
soñado, augurado, llamado
de educación estatal.

C. CH.

jueves, 8 de septiembre de 2011

Recuerdos de infancia: Tren al sur!



Corría el año 1989. Un verano como tantos otros veranos en Santiago. Calor, calor y más calor. El cemento hervía. El sol pegaba chicotazos en la piel, y yo era un carboncito morocho con nariz despellejada. Recuerdo las muchas maletas que llevábamos y lo engorroso que fue llegar con todo a la Estación Central: cascos de plástico, azules y blancos con el logo de CHACANA HERMANOS LTDA., impermeables amarillo fosforescente, botas de agua, parcas, chalecos, frazadas, entre otros cachivaches, pero lejos, lo más importante, mi muñeca pepona de pelo rosado y mi hermana que era un poco más chica que mi muñeca. No teníamos auto, así que fue una odisea llegar hasta la estación de trenes con tanto cachureo. Era mi primer viaje de verdad, de esos en que no sabes si volverás o no. Yo estaba feliz, tenía a mis papás, a mi hermana y mis juguetes. Con ellos, habría podido ir a cualquier parte del mundo y estaría bien y feliz.
El tren comienza a andar, con ese ritmo y sonido tan típico de los trenes: talán chucu chú, talán chucuchú… Abro la ventana y saco la cabeza para sentir el aire en la cara. Aún hace calor y queda una pizca de sol. Todo se pone color naranja.
Para hacer el viaje un poco más corto, pasan una película: Algo muy parecido a “la Guerra de las galaxias”, pero en vez de Han Solo, Obi wan Kenobi, la princesa Leia y Luke Sky Waker, aparecen esos osos cafés con cara de perro pequinés, “e-wok” creo que se llamaban. No me acuerdo de más porque la historia se cortó a la mitad, la cinta se había arrugado y enrredado, así que cooperamos con el video. (Eran los tiempos del VHS, del casette y del personal estereo, tb de los PRISIONEROS y de su famoso tema “tren al sur”, no por nada es la canción que más quiero de ellos)
Recuerdo que en la noche intenté dormir en el salón cama con mi mamá y mi hermana, pero se me hizo imposible por el “talán chucu chú, talán chucu chú”, así que regresé al bagón de los asientos y me dormí al lado de mí padre. Según yo sentado se sentía menos el “talán chucu chú”. No sé, pero al menos pude dormir.
Llegamos de madrugada a Puerto Montt. Hacía mucho frío (y mucho sueño también). De repente, en la historia aparece un jeep azul, el jeep del tío Manuel Florencio, y también se mete mi tío, que de tío en realidad no tiene nada porque sólo trabajaba con mi papá en ese tiempo, pero en ese entonces juraba que el tío, como tío, era de la familia.

Cuando por fin llegamos sanos y salvos a nuestro lugar de destino, el pueblito de Cochamó, dí gracias al cielo por no caernos en ese terrible precipicio que había que pasar cada vez que salíamos en el jeep. Recuerdo pedirle a Dios me dejara vivir porque aún me quedaba mucho camino por recorrer. Creo fue la primera vez que sentí la muerte tan cerca y de verdad que le tuve miedo.
Al llegar, lo primero que hice fue ponerme traje de baño y tirarme al lago que estaba justo en frente de la hostal donde alojábamos, pero fue una pésima idea y no lo repetí nunca más en el resto del viaje, todo por culpa de esas molestosas moscas naranjas, peludas y gigantes, los famosos “tábanos”. Por suerte los días siguientes fueron de mucho frío y los “queridos tabanitos” le tenían alergia al viento y las nubes, así que por fin nos dejaron en paz.
Sin embargo uno de los momentos que recuerdo con mayor nitidez y cariño fue el de una fría mañana frente al muelle de Cochamó: En el cielo, nubes negras amenazantes de lluvía, en la tierra, una densa y húmeda neblina, y sobre el lago, alejándose lento muy lento, un pequeño botecito de madera a remos, con personas de amarillo fosforescente que se despedían agitando las manos con alegría. Frente a ellos, a la distancia, una niña de largas trenzas castañas, chaleco con rombos verdes y lilas y botas de agua azul marino, gritaba con todas sus fuerzas: “Chaao Paaaapíiiii. Chaaaoooo. Muuuuchaaaa suerte en el trabajooooo. Chaoo Papiii. Te quiero muchooooooo, Paaaapiiii!!!”

Carolina Chacana
Taller de escritura crítica.

sábado, 23 de julio de 2011

Brindo por la existencia
por ese sano vivir
y por el sano compartir
Brindo por la experiencia
que va curtiendo conciencia
mente, cuerpo y corazón.
Y brindo por la emoción
que con el sentir corona
el momento que almidona
un recuerdo hecho canción.